Esta
afirmación la hizo durante la solemne eucaristía celebrada en la parroquia San
Martín de Porres de Cabimas, en la que explicaba que debido a su color de piel,
San Martín no pudo ser sacerdote como siempre quiso para impartir los
sacramentos, sino que entró en la orden de los padres dominicos, como fraile, y
su tarea principal era el aseo del convento, también trabajo como
cocinero, luego como barbero y enfermero, y todas estas actividades las hacía
con gusto y buscando la manera de ayudar a quien más lo necesitaba.
Al
resaltar sus cualidades, mencionó que él sobresalía la caridad, su vida se
caracterizó por el amor a los pobres y a los más necesitados. También por la oración y el profundo amor que sentía por
la Virgen María.
El
obispo de Cabimas, recomendó a los devotos de San Martín de Porres, a copiar de
este santo su virtud de la caridad y el
amor por los demás, amor que puede ser demostrado con el perdón, la
solidaridad, la compasión, la generosidad, entre otros.
Recordó
además que él es un devoto de San Martín de Porres, por que su nombramiento
como obispo se hizo el día de la festividad de San Martín, por lo que considera
que este sirvo de Dios lo ha acompañado durante todos sus años como obispo.
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