martes, 6 de abril de 2010

COL vivió con fervor la Semana Santa


La feligresía de la Costa Oriental del Lago, se volcó masivamente para asistir a todas las actividades programas por las diferentes parroquias de la Diócesis de Cabimas.

El domingo de ramos cada iglesia efectuó la bendición de las Palmas y conmemoró la entrada de Jesús a Jerusalén como el Rey de Reyes, estando la actividad central encabezada por Monseñor William Delgado Obispo de la Diócesis de Cabimas, quien junto a su pueblo caminó desde el Centro Comercial la Fuente hasta la Santa Iglesia Catedral de Cabimas Nuestra Señora del Rosario.

La misa Crismal efectuada el martes 30, estuvo presidida por el obispo de la Diócesis y concelebrada por todos los sacerdotes de la Diócesis, en la misma el clero renovó sus promesas sacerdotales, se bendijeron los Santos Oleos y las parroquias hicieron entrega de la colecta de la Campaña Compartir de este año, la cual estuvo dedicada a la Educación “Un Niño sin escuela es Problema de Todos”.

Luego el miércoles Santo, Monseñor William Delgado, con una eucaristía dio inicio a la XII Pascua Juvenil, efectuada “Mi Refugio” una casa perteneciente a las misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en Cuidad Ojeda. Contó con la participación de más de 50 jóvenes de toda la Diócesis, de edades comprendidas los 16 y 25 años de edad, quienes decidieron vivir la experiencia de una Semana Santa diferente, teniendo como lema de este año fue “Joven se un Héroe para Cristo”.

Este mismo día la Iglesia Catedral de Cabimas, con el máximo de su capacidad, recibió a todos los devotos de Jesús Nazareno, quienes esperaban la celebración de la Santa Misa, la cual estuvo presidida por Monseñor William Delgado y concelebrada por Monseñor Francisco Gil y el padre Noel Martínez.

Luego de saludar a todos los fieles de “Jesús con la Cruz a cuesta”, el obispo de la Diócesis de Cabimas, recordó que la Semana Santa es la oportunidad que tienen todas las personas para acercarse a Dios, ya que durante esta época se celebran los misterios centrales de la fe cristiana, como son: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Con la misa del jueves Santo se conmemora la Última Cena y el lavatorio de los pies de Jesucristo a sus discípulos. En esta oportunidad Monseñor William Delgado mencionó que “la actitud de Jesús en la Última Cena, de lavar los pies de sus discípulos, es una escena conmovedora y cuestionante para todos, e invita a los cristianos a ser humildes servidores y superar el egoísmo. Mencionó también que el jueves Santo fue el día en que se instituyó la eucaristía.

Una vez finalizada la eucaristía se dispuso a visitar los siete templos y mencionó "lo que quiere la iglesia sobretodo con la visita al santísimo sacramento en estos templos es que la gente haga un rato de oración y de encuentro con el señor".

Las Iglesias visitadas por el Obispo de Cabimas fueron: San Juan Bautista, ubicada en la Rosa Vieja; Iglesias Corazón de Jesús San José, San Pedro, en Cabimas; Nuestra Señora de Fátima, en El Menen; San José, en Puerto Escondido; y por último Nuestra Señora de Aranzazu en Santa Rita.

El viernes Monseñor William efectuó el sermón de las siete palabras, con el que rememoró las palabras dichas por Jesús una vez crucificado, siendo la primera “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”(Lc. 23,34); la segunda, “En verdad, en verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso”, (Lc. 23,43); la tercera, “Mujer, he ahí a tu hijo; hijo he ahí a tu madre”, (Jn. 19, 26-27); cuarta, “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”, (Mc. 15, 34; Mt. 27, 46); la quinta, “Tengo sed”, (Jn 19,28), la sexta, “Todo está cumplido”, (Jn. 19, 30); y la séptima, “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, (Lc. 23, 46).

El sábado la Vigilia Pascual comenzó a las 9 de la noche, con la bendición de fuego en las afueras de la Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario”.

Durante este acto el más importante y grande del año litúrgico, Monseñor William Delgado, mencionó que “sin Resurrección, nuestra fe sería en vano”, y agregó “la resurrección de Cristo es la promesa de nuestra propia resurrección”

Esta época del año – agregó - nos invita a cambiar de modo de pensar de vivir, pero debemos morir para revivir, debemos enterrar nuestros pecados primero para comenzar una nueva vida.

Al concluir invitó a la feligresía presente a poner su corazón en los bienes del cielo y no en los bienes de la tierra.

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