Monseñor Edgar Peña Parra, Nuncio Apostólico de Pakistán y primer diplomático clerical de origen venezolano, llamo los jóvenes a no temer si sienten el llamado del Señor Jesús en sus corazones, “vale la pena ser sacerdote”.
Así lo dijo durante la eucaristía celebrada en la plazoleta de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá en Maracaibo, durante la primera visita oficial que realizara a su tierra natal, después de haber sido nombrado nuncio por su Santidad Benedicto XVI.
Para esta ocasión la sagrada imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá salió de su aposento para junto a la grey zuliana, los Servidores de María, las autoridades civiles y del clero, homenajear al nuevo nuncio, quien presió la misa de acción de gracias.
Entre las autoridades de la iglesia católica que se encontraban presentes, destacaron Monseñor Miroslaw Adamayk, consejero de la Nunciatura Apostólica; monseñor Juan González de Zarate, obispo auxiliar de Caracas; monseñor Roberto Lückert, arzobispo de Coro; monseñor Antonio López Castillo, arzobispo de Barquisimeto; monseñor Raúl Azcanio, en representación del arzobispo de Calabozo; y monseñor Felipe González González, vicario apostólico de Tucupita; y monseñor Louise Abad, obispo del Exarcado Sirio Católico Antioqueno.
Así como el Arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Santana; monseñor William Delgado, obispo de la Diócesis Cabimas; y un nutrido grupo de sacerdotes provenientes de todo el país.
También estuvieron presentes el Gobernador del estado Zulia, Pablo Pérez, junto a la primera dama Carolina de Pérez, parte del Gabinete del Gobierno regional, la alcaldesa de Maracaibo Eveling de Rosales; así como representantes de todos los poderes regionales.
Monseñor Édgar Peña Parra, recibió diferentes obsequios y reconocimientos entre ellos destacan: un cuadro con la imagen de La Chinita, además se le confirió la Orden Cecilio Acosta en su única clase y fue nombrado profesor honorario de la Universidad Católica Cecilio Acosta; el concejo municipal de Maracaibo le impuso la Orden Ciudad de Maracaibo en su primera clase; el CLEZ le otorgó orden la Rafael María Baralt en su primera clase, y la gobernación del estado la Orden Honor al Mérito de su Santidad Juan Pablo II en su única clase, asimismo los servidores de María le otorgaron las insignias que lo acreditan como uno de los Servidor de María.
Al finalizar la misa pontifical en su honor, el primer nuncio venezolano dijo: “gracias a Dios por haberme llamado al sacerdocio, a la Virgen presente con nosotros por acompañarme y protegerme como una madre, a mi familia, a mis hermanos los de sangre y los que la providencia me ha enviado”.
Monseñor Edgar Peña, agradeció también a Monseñor Ubaldo Santana “mi pastor y amigo”. “A Monseñor Roberto Lücker, mi amigo querido, ejemplo de vida para muchos sacerdotes de esta Arquidiócesis de Maracaibo, por sus sabias palabras que me iluminan.
Asimismo se mostró agradecido por gestos de cariño recibidos durante la ceremonia. “A las autoridades del Zulia, al pueblo por recibirme con gran alegría, solidaridad y satisfacción, así lo han manifestado algunas instituciones, Gobernación, Alcaldía, Consejo Legislativo, la Unica, los servidores de María, a todos agradezco las condecoraciones que me han otorgado, quiero dedicarlas a quien represento, al Papa Benedicto XVI, como muestra de apoyo, de cariño y comunión con el romano pontífice”.
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