Con motivo de celebrarse el centenario del natalicio de Monseñor Mariano Parra León, recientemente se celebró en la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia de los Puertos de Altagracia, una eucaristía que estuvo presidida por Monseñor Mariano Parra Sandoval, obispo de Ciudad Guayana, quien es su sobrino; y concelebrada por Monseñor Medardo Luzardo, obispo emérito de Ciudad Bolívar y Monseñor William Delgado, obispo de Cabimas.
A la misa asistieron familiares de Monseñor Parra León, personalidades del municipio y representantes de diferentes instituciones, en vista que Monseñor Parra León, es recordado por ser un hijo ilustre de esta comunidad y es puesto siempre como ejemplo.
Luego de la eucaristía hubo un conversatorio en el que las diferentes personalidades, historiadores y familiares, resaltaron los hechos más importantes de su vida y compartieron anécdotas de sus vivencias tantos en los Puertos como en otras ciudades en las que les correspondió ejercer su ministerio.
Su historia
El prelado nació en los Puertos de Altagracia el 13 de agosto de 1911.
Además de presbítero y obispo, monseñor Parra León fue educador, periodista y escritor (orador y ensayista), conocido con el seudónimo de “Majopale”.
Su ordenación sacerdotal se produjo en 1933, y desde entonces sobresalió por su espíritu crítico ante las desviaciones de la conducta social de algunos sectores públicos o privados, a los cuales siempre combatió con las armas de la razón y la sátira a través de los medios.
“En este desierto de silencio cómplice que atenaza y marchita a nuestra sociedad venezolana, monseñor Parra León ha sido la voz incansable y muchas veces solidaria que clama en el desierto. Una voz áspera, directa, franca, voz de hombre libre que nos ha hecho sentir tantas veces que la dignidad aún se asienta sobre nuestra tierra y que la Iglesia todavía es seguidora del Profeta Mártir de Nazareth”, escribió sobre él la revista SIC, del Centro Gumilla.
Durante su etapa como presbítero, asumió las siguientes responsabilidades:
-Cura rector de la iglesia de Santa Teresita.
-Secretario canciller de la Diócesis del Zulia.
-Vicario general de la Arquidiócesis de Maracaibo.
-Párroco de las iglesias Nuestra Señora de Chiquinquirá (Basílica), Santa Bárbara y Nuestra Señora de Altagracia.
Asimismo, fue capellán de los Hermanos Maristas, fundador de la Asociación Venezolana de Periodistas y director del extinto Diario La Columna, y hasta llegó a ser diputado y presidente de la Asamblea Legislativa del estado Zulia, entre los años 1939 y 1941.
Se desempeñó también como profesor de la escuela “Rafael María Baralt” y de los colegios Chiquinquirá y Gonzaga.
Siendo párroco en su pueblo natal, desafió al jefe del distrito por haber apresado al campanero del templo. La autoridad tomó tal decisión en virtud de que el muchacho hizo sonar el pesado metal durante la misa dominical, en momentos cuando se recuperaba de una resaca.
“Monseñor Parra León no se quedó de brazos cruzados. Puso a todos los muchachos del pueblo en fila para que tocaran a reventar las campanas hasta que el jefe del distrito ordenara la liberación” recordaron.
Fue en la iglesia a Santa Bárbara donde el joven Parra León conoció a Lückert, que en aquel entonces era un sacerdote recién ordenado y había sido designado vicario cooperador del templo. Este último agradece a su mentor el haberle infundido valentía para “proclamar la verdad” y “denunciar el pecado”.
Fue el 18 de febrero de 1967 cuando asumió la Diócesis de Cumaná, cargo en el que se mantuvo durante 20 años hasta su retiro. Durante su gestión, Nueva Esparta fue segregada de su jurisdicción eclesiástica para darle paso a la Diócesis de Margarita.
A pesar de la distancia, monseñor Parra León seguía siendo una persona influyente en Maracaibo, al punto de que fue designado orador de orden con motivo del cuatricentenario de la ciudad.
El destino le tendió una trampa a monseñor Parra León, ya retirado y como obispo emérito.
El 26 de enero de 1989 perdió la vida como consecuencia de un accidente de tránsito ocurrido en Maracaibo.
Esa noche, su conductor –de avanzada edad- se desplazaba por la avenida 12 sin percatarse que tenía un solo sentido. Al “tragarse” la flecha, un vehículo impactó en la puerta donde estaba el prelado. Sus signos vitales desaparecieron al instante.
Los restos del prelado se encuentran en el presbiterio de la Catedral, junto con los de monseñor Francisco Marvez (primer obispo del Zulia), monseñor Marcos Sergio Godoy (tercer obispo del Zulia y primero de Maracaibo) y monseñor Domingo Roa Pérez (primer arzobispo de Maracaibo).
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