Monseñor William
Delgado, al ser entrevistado comenzó su declaración diciendo “el sacerdote es
el hombre de Dios, se consagra al servicio del pueblo para hacer llegar el
mensaje de Dios, el sacerdote es un
puente entre el pueblo y Dios, es por ello que debe tener una vida
espiritual muy fuerte, ya que es el
hombre que trata lo sagrado, muy especialmente la eucaristía con la que
alimenta al pueblo de Dios”.
Es por esta razón – continuó diciendo- que
necesita mantener viva su fe, su vida espiritual, y dentro de la práctica de la
vida del sacerdote se encuentran los retiros espirituales anuales, en los cuales
todos los sacerdotes nos retiramos a rezar más de lo que lo hacemos
diariamente, a meditar, reflexionar sobre nuestro papel, sobre nuestro rol
dentro de la Iglesia” apuntó.
Luego comento que
durante estos retiros renuevan sus promesas sacerdotales, de una manera
consciente, efectiva y espiritual, “con
estos retiros nos renovamos, nos
ponemos al día, especialmente en nuestra vida espiritual.
En esta ocasión el
predicador presbítero el padre Octavio
Rodríguez, de la comunidad de padres operario diocesanos, quien disertó sobre el
ministerio sacerdotal, partiendo de la figura de Cristo Buen Pastor, adaptado
al documento de Aparecida.
Durante el tiempo de
duración del retiro se habló de todo lo que tiene que ver con la acción del
sacerdote dentro de la Iglesia, el papel importante que cumple, de ser
ministro, configurado con Cristo, a quien Dios le confía a su pueblo desde el momento de la ordenación sacerdotal.
El obispo diocesano al
concluir su declaración pidió a todos los feligreses que no se olviden de
incluir en sus oraciones diarias a sus sacerdotes, que oren por las vocaciones
sacerdotales, “necesitamos que los laicos aprendan a amar, a respetar y a orar
profundamente por los sacerdotes, ya que un sacerdote que camina sin su pueblo
camina desviado.
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