Queridos fieles que peregrinan en la Costa
Oriental del Lago,
¡Es tiempo de
conversión, amados hermanos!
Jesús, en el momento
que extendió sus brazos en la cruz, abrazó los cuatro puntos cardinales del
espacio y el tiempo, y ha convertido nuestra historia (cada una de nuestras
circunstancias y fatigas, y aún nuestros pecados) en tiempo de gracia, lugar de
encuentro entre dos abismos, el de la Misericordia del Padre y la miseria del
hombre.
La Iglesia, a través
de este tiempo de preparación, nos invita a actualizar, a hacer presente aquí y
hoy, el misterio de nuestra redención. Así como Moisés, antes de recibir las
tablas de la ley, subió a la montaña y pasó 40 días de oración y ayuno (Ex. 34,
28), al término de los cuales, regresó con su rostro resplandeciente, porque
había hablado con Dios, también hoy, el cristiano, durante estos 40 días de
cuaresma está llamado a encontrarse personalmente con el Señor, para poder
cumplir su misión de ser ‘’sal y luz del mundo’’.
Y todo esto será
posible, si incrementamos, precisamente, durante este tiempo las obras propias
que la Iglesia nos invita a realizar: la oración, el ayuno y la limosna. La
oración, que nos recuerda nuestra total dependencia de Dios, pues sin él no
podemos hacer nada, en él somos, nos movemos y existimos. El ayuno, que nos
ayuda a tener dominio sobre nosotros mismos y a no seguir las apetencias
desordenadas de la carne. La Limosna, la bendita caridad, que nos invita a
salir de nosotros mismos, para encontrarnos con el hermano, especialmente con
el más necesitado.
En su mensaje de
Cuaresma de este año, el Papa Francisco nos recuerda “El ejercicio de la
limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi
hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se
convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida. Al igual que, como
cristianos, me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos
en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás un testimonio
concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia”
Mi gran deseo es que,
en este tiempo, se multiplique las obras de asistencia y promoción social
dirigida a los más pobres, que, en estos últimos años, lamentablemente, han
aumentado considerablemente. La Campaña Compartir ‘’Aportemos a la nutrición de
nuestros niños y niñas”, se dirige a contrarrestar el problema de la
desnutrición infantil a través del programa SAMAN Y VIVEROS en perspectiva del
reconocimiento de la dignidad de hijos de Dios y ante la exigencia del
evangelio de dar de comer al hambriento (MT 25, 35), con la clara convicción en
las palabras de Jesús ‘’Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos
hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron’’ (Mt. 25, 40).
Junto a lo anterior,
les recuerdo a los sacerdotes que deben ser generosos en la administración del
sacramento de la confesión, a través del cual los fieles se reconcilian con
Dios y la Iglesia.
Aprovecho el momento
para informarles que, a partir del 19 de febrero, entrará en vigencia las
ofrendas voluntarias que los fieles están invitados a dar en ocasión de recibir
un servicio de la Iglesia. Si nos sentimos miembros de la Iglesia, asumimos
también como nuestras sus necesidades, especialmente el sostenimiento de los
sacerdotes. Recordemos que los sacerdotes no perciben un sueldo del gobierno ni
de la diócesis, y se sostienen por las ofrendas que los fieles dar en las
celebraciones litúrgicas. Ellos forman parte también de este pueblo que sufre
toda clase de calamidades. No los dejemos solos.
Les invito, asimismo,
a la ordenación diaconal del acólito Keysi Sánchez que, después de culminar sus
estudios y su etapa pastoral, el Consejo de Órdenes ha considerado idóneo para
recibir este sacramento. La Ordenación tendrá lugar el 17 de Marzo, en la
Parroquia Sagrado Corazón de Jesús.
Agradezco,
finalmente, el aporte que hicieron en la Campaña “Apoya a tu Iglesia”, la cual
arrojó un monto de once millones, cuatrocientos cuarenta y un mil, ciento
veintiocho bolívares (11.441.128,oo), que ha servido para sufragar algunos
gastos de funcionamiento de la Curia Diocesana. Estamos a la espera de recibir
todos los aportes, ya que algunas parroquias no lo han hecho, para publicar la
lista.
Mons. William sigue
recuperándose satisfactoriamente en Caracas. Les envía su saludo y su bendición
de padre y pastor. Sigamos rezando por él.
Oremos, por tantas
personas que han cruzado la frontera, buscando en otro lugar lo que su país le
ha negado, “ante todo por «el anhelo de una vida mejor, a lo que se une en
muchas ocasiones el deseo de querer dejar atrás la “desesperación” de un futuro
imposible de construir. Se ponen en camino para reunirse con sus familias, para
encontrar mejores oportunidades de trabajo o de educación: quien no puede
disfrutar de estos derechos, no puede vivir en paz”, como nos recuerda el papa
Francisco (Jornada Mundial de la Paz 2018).
Les deseo una santa
cuaresma para que podamos vivir una feliz y fructífera Pascua de Resurrección.
Cristo, nuestro Maestro, va delante de nosotros, sigámosle agarrados de la mano
de su Madre, de nuevo hacia la casa del Padre.
¡Dios les bendiga y cuide!
Dado en Cabimas, el 14 de febrero de 2018,
Miércoles de Ceniza.
Mons. Ángel Caraballo
Administrador Apostólico de Cabimas
y Obispo Auxiliar de Maracaibo.
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